Hoy te daremos respuesta a cómo ser un buen candidato proactivo. Encontrarás 8 consejos fundamentales para que como candidato optimices tu tiempo en la búsqueda de un nuevo empleo.
Hay que admitir que cada día las cosas están mejor en cuanto a empleo se refiere y que cada día son más las ofertas que aparecen, mejor cualificadas también, lo que lleva a los profesionales a animarse a postularse como candidatos, independientemente de su situación actual.
Todos queremos ser el candidato elegido por una gran empresa que nos permita crecer profesionalmente. Hemos oído y leído miles de consejos sobre cómo ser un buen candidato, cómo ser el candidato ideal, etc. ¿Pero cuál es la realidad? ¿Dónde está la verdadera utilidad de una buena candidatura? Para empezar, debemos considerar que todo el proceso de selección es a la vez un entrenamiento para el candidato y una fuente de información para valorar cómo de adecuado es un candidato para la empresa. La evaluación no termina cuando le das la mano al seleccionador y te despides, sino que cada llamada, cada correo que cruzas antes y durante el proceso con él va a formar parte de la imagen que des como profesional.
8 Consejos para conseguir el empleo que buscas
Siendo prácticos, sintetizaremos 8 puntos que consideramos fundamentales de una buena candidatura. Aquí van nuestros consejos para encontrar empleo y conseguir que nos contraten.
1. Honestidad: ¿Esta oferta es para mí?
A la hora de aplicar a las ofertas de empleo, lo primero que debemos hacer es ser sinceros con nosotros mismos: con nuestra formación, nuestra experiencia y sobre todo, nuestra motivación. Todos somos capaces de hacer muchas cosas y es bastante probable que aunque no tengamos experiencia en algo concreto pudiésemos desarrollar ese puesto de forma adecuada, pero no basta con eso. Las empresas buscan expertos y no todas las ofertas de empleo son oportunidades para cambiar nuestra orientación profesional y que la empresa contratante sea tu experimento. Ten en cuenta siempre esto. Eso sí, si reúnes todos o casi todos los requisitos, interésate de verdad, porque habrá una alta probabilidad de encaje.
2. Proactividad: De una forma adecuada
El término proactividad es muy utilizado en el mundo laboral, ¿pero sabemos realmente a lo que se refiere? Hablamos de anticiparse a las necesidades del cliente, del jefe, de nuestros compañeros, etc. Aplicada a los procesos de selección de personal, supone tener preparado todo aquello que creamos que puede ser necesario, y ofrecérselo a nuestro interlocutor. No es necesario inundar al seleccionador o a la empresa con documentos escaneados desde el primer contacto, pero sí tenerlos preparados y hacerle saber que puede disponer de ellos en cuanto sea necesario. Lo mismo se aplica para los contactos de referencia de empresas anteriores, disponibilidad para una entrevista, etc.
3. Comunicación: Menos es más
Las cartas de presentación, la información de cada experiencia en el currículum, las referencias profesionales… Todo es útil y puede ayudarnos a transmitirle a nuestro potencial empleador por qué somos su mejor elección. Pero debemos saber sintetizar, hacer la lectura atractiva. Si somos capaces de dejar algo claro en pocas frases sintéticas, no lo extendamos innecesariamente. Recuerda que el Director de Recursos Humanos o el Consultor de Selección de Personal que recibe tu currículum está especializado en este área y sabrá identificar perfectamente si la información está extendida innecesariamente o si está acorde a la experiencia.
4. Presentación: El currículum no lo es todo, pero es el primer paso
Hay infinitos consejos sobre cómo hacer un currículum vitae y cómo no cometer ciertos errores en tu currículum. Lo más importante es: la utilidad del CV. Un currículum debe ser un documento útil, donde el seleccionador pueda encontrar toda la información fundamental, desde los datos de contacto y la situación actual del candidato hasta un buen resumen (recordemos, escueto y directo) de su experiencia profesional. Piensa que la ocasión para extender esta información es en la entrevista. Tampoco un profesional se puede permitir hacer un currículum en los cinco minutos posteriores a recibir la llamada del seleccionador, ni presentar un CV antiguo, excesivamente breve o con 15 páginas contando detalles excesivamente extensos.
5. Imagen: Nuestra actitud en persona. ¿Qué proyectamos cuando nos buscan por internet o cuando preguntan por nosotros?
Que no te quepa duda que una empresa si está interesada en ti va a obtener sus propias referencias. Da igual que elimines el perfil antiguo de Facebook para hacerte uno más profesional o que tengas un Twitter dónde publiques noticias muy interesantes y cultas de forma diaria. Nuestro día a día con nuestro entorno también es nuestra carta de presentación al mundo y a nuestra red de contactos. Si bien hay que separar nuestra vida personal de la profesional, tenemos que tener una actitud ejemplar en ambas si queremos trabajar en una gran empresa. Recuerda que las empresas quieren profesionales fiables y que concuerde lo que dicen que hacen con lo que hacen. Hay que actuar con sentido común siempre. Cuando trabajas para una gran empresa y dices que trabajas para tal empresa, tú eres la imagen de esa empresa en ese entorno, en ese instante.
6. Asertividad: La educación no está reñida con decir lo que pensamos
Asertividad es otro de esos términos que se usan de manera equivocada con frecuencia. Se asocia a decir lo que pensamos y efectivamente, es cierto. Pero ser asertivo implica ser capaces de dar nuestra opinión de manera diplomática. Se puede interpelar, se puede corregir y se puede discrepar con un entrevistador en cualquier momento. Compartir nuestra visión es importante. Pero hay que saber hacerlo de manera elegante, diplomática y educada.
7. Inteligencia de cara al futuro: ¿Cómo seguir desde aquí?
Si hemos sido el profesional seleccionado, lo ideal es notificar nuestra voluntad de dejar la empresa actual lo antes posible y hacerlo de manera correcta: intentar dejar trabajo terminado o delegado, cumplir con los plazos del contrato, etc. Nunca es una buena idea esperar que nuestra empresa “contraataque” con una oferta mejor: si esa era la razón de participar en un proceso, estaremos siendo desleales a ambas empresas.
Si por el contrario no hemos sido la persona seleccionada, lo mejor que podemos hacer es aprender del proceso. Es recomendable pedir tanto feedback cómo nos puedan dar: qué ha descartado nuestra candidatura, qué podíamos haber hecho, qué estaba fuera de nuestro control, etc. y utilizar esta información para mejorar en el futuro. Es importante recordar que siempre pueden existir nuevas oportunidades similares con la misma empresa de selección, y ya tendremos un gran camino adelantado.
Si estábamos desempleados en el momento de ser seleccionados, lo más adecuado es proponer un plazo de incorporación breve pero realista, que nos permita planificar nuestra nueva programación de forma eficiente y poder darlo todo en nuestro nuevo empleo desde el primer minuto.
8. Paciencia: Si lo haces bien, conseguirás los objetivos que te propongas
Conseguir un empleo no es sencillo, pero es posible. Vemos día a día los patrones que se repiten en los profesionales que logran obtener un nuevo empleo o los que consiguen mejorar el que tienen y a quienes todavía les falta un poco para lograrlo. Es más probable que consigas un empleo si sientes curiosidad por aprender, por ser una persona que aporta soluciones, con capacidades diferentes, siendo una persona honesta y trabajadora. Todas las empresas aprecian la voluntad y el esfuerzo.
Si crees que eres ese tipo de profesional, siéntete libre de enviarnos tu currículum para formar parte de nuestra base de datos y así poder ponernos en contacto contigo para futuras oportunidades profesionales.